Encajar. Un problema protocolario
Autora: Margarita Murillo

Encajar
A la mayoría nos gusta sentir que pertenecemos a un grupo, que encajamos…
Encajar en la familia, en el grupo de amistades, en la empresa, en el equipo de trabajo…
Encajar socialmente, encajar laboralmente, encajar…
¿Podemos encajar con todo el mundo? Yo no, ¿tú?
¿Cuánto más nos esforzamos más posibilidades de éxito tenemos? Pues, no siempre.
¿En el “esfuerzo” de encajar hemos de dejar de ser nosotros, renunciar a nuestros gustos, a nuestra forma de ser, a lo que nos agrada?
En protocolo, especialmente, en el social y empresarial, se trabajan mucho las relaciones interpersonales y, se ofrecen unas normas pero, esas normas no deben de ser una carga pesada, sino una guía, algo que nos ayude, no algo que suponga un esfuerzo exagerado. Y, a veces, eso es lo que pasa… que nos “esforzamos” por enacajar en un entorno que ya ha tiene claro que no nos va aceptar o un entorno en el que siemplemente se nos va tolerar…. ¿vale la pena “esforzarse” ante este tipo de entornos, ante este tipo de personas que,con diferentes niveles de hostilidad nos dejan claro que “contigo no, bicho”?
¿Cuál es el mayor castigo social para los seres sociales? Aislarles, aunque muchas personas no aislan bruscamente, porque eso sería de mala educación, sino que adoptan una actitud que hace sentir a los otros como “diferentes”, “raros”… y, eso SIEMPRE llega a destino, haciendo mella en las personas destinatarias.
Uno de los prinicipios básicos del protocolo es el respeto y, el respeto tiene la parte de aceptación de la otra persona, como ser diferente. Pero, muchas veces nos esforzamos y nos esforzamos por encajar con personas que no nos aceptan y que cuanto más lo intentemos más se reafirmarán en que nos quieren lejos.
Cuando tenemos opción, a pesar de lo desagradable, conviene tomar distancia, por nuestro propio bien. Pero, cuando las circunstancias no nos lo permiten, algo que suele ocurrir en ámbito laboral, la cosa se complica, y lo que mejor suele funcionar es reforzar las áreas que sí funcionan correctamente, esos ambientes en los que sí encajamos, donde podemos ser nosotros mismos sin vergüenza, sin tener que “disfrazarnos”.
Escoger a las personas adecuadas con las que compartir nuestra vida, nuestras vivencias, nuestros caminos… es difícil, a veces. Pero se sabe, se nota. No pierdas el tiempo “soportando” un trato que no te mereces y evita tratar a otras personas como sabes que no hay que tratarlas. Ser tú y dejar ser a los demás.