El Protocolo como Herramienta Dinámica en Constante Evolución
El año está terminando, y este 2023 se cumplen 40 años desde que tenemos un Real Decreto de Precedencias del Estado, que es la norma más importante que el sector profesional del Protocolo tiene para establecer el orden de las autoridades que asisten a los eventos oficiales y que sirve de referencia y aplicación por analogía en el resto de entidades y actos.
El sector profesional del Protocolo se enfrenta, a diario, a la compleja tarea de establecer y defender las precedencias en eventos, y a su disposición tiene una herramienta desactualizada.
Llevo unos 25 años desesperándome con las precedencias de los eventos, tanto en los eventos que son mi responsabilidad, como a los eventos que asisto como invitada o los que estudio.
He tenido la oportunidad de ver y analizar todo tipo de actos, desde reuniones empresariales hasta grandes ceremonias oficiales. En todos ellos, he tenido que lidiar con la cuestión de las precedencias, que es un aspecto fundamental del Protocolo.
El Real Decreto 2099/1983, de 4 de agosto, por el que se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado, es la norma que regula este ámbito. Sin embargo, esta norma tiene ya 40 años y, habida cuenta de los grandes cambios experimentados en nuestra sociedad, está completamente desactualizada.
Un RD que si bien establece un marco inicial, no refleja las complejidades actuales
La falta de actualización del RD2099/83 hace que sea una tarea muy complicada la de determinar y defender las precedencias de un evento, porque su aplicación no es clara ni precisa. Por un lado, el Protocolo se percibe como rígido, incluso hay normas, como el mencionado Real Decreto, que avalan esa rigidez, pero por otro lado muchas voces de profesionales se agarran al concepto de «flexibilidad del Protocolo» para defender colocaciones que no siguen o, incluso, contravienen la norma, ante la imposibilidad de su aplicación. Lo cierto es que el Protocolo es rígido en cuanto a su cumplimiento, pero flexible en el sentido que se adapta a la evolución de los tiempos, y es una responsabilidad de toda profesión actualizarse.
La inoperancia de un Real Decreto caduco es un problema para la imagen de los eventos. El cumplimiento exacto del actual Real Decreto se puede realizar en muy escasas ocasiones, en la mayoría de los casos se impone una aplicación tan flexible que casi desaparece el real decreto, porque se tienen que utilizar criterios que permitan adaptarse mejor a la identidad del evento y a la finalidad última del Protocolo. Pero, lo cierto es que, esta forma de actuar hace que nuestra profesión sea percibida sin criterio, por tanto prescindible.
El trabajo de explicar lo que la norma no deja claro ¿con qué criterio?
Trabajamos con autoridades y con cargos, por lo que no se les puede colocar de forma que no entiendan porqué hoy se cumple exactamente el Real Decreto y les corresponde una ubicación y al día siguiente se aplica el mismo Real Decreto pero de forma «flexible» y su sitio es otro.
Es decir, es urgente actualizar el Real Decreto de Precedencias y al mismo tiempo dejar por escrito aquellas excepciones a la regla que indican cuando no se va a seguir el Real Decreto, y quién y cuándo puede aplicar las excepciones.
Porque de lo contrario nos vemos, constantemente, ante colocaciones que son imposibles de entender sin una explicación de quien las ha realizado y, por tanto son criticadas, cuestionadas y que generan enfado e incomodidad, justo el efecto contrario a los objetivos del Protocolo y su razón de ser.
Protocolo, un enigma muchas veces, para el resto de profesionales que no participaron en la organización
El Protocolo no debe ser un enigma, y menos para sus profesionales, porque entonces no es Protocolo. Cuando el propio sector no logra interpretar las precedencias de manera uniforme, y las polémicas surgen una y otra vez a lo largo de los años, es evidente que existe un problema al que hay que buscarle una solución.
Todo el mundo, especialmente el sector del Protocolo, tiene que ser capaz de interpretar y entender las precedencias de cualquier evento. Sin embargo, cuando los propios profesionales no entienden precedencias de eventos, una y otra vez, a lo largo de los años y se levantan polémicas, es que algo no está bien.
Por ello, alzo mi voz a través del megáfono de Internet con la esperanza de que se llegue por fin a atender a una demanda profesional de décadas, que reclama la necesidad de que el Gobierno de España ponga en marcha un proceso de actualización del RD2099/83. Este proceso debe ser participativo, contando con la opinión de profesionales del Protocolo y de los diferentes sectores implicados.
Solo así podremos contar con una norma actualizada que sea justa y eficaz, y que contribuya a que los eventos se desarrollen de forma correcta y respetuosa, siguiendo un cumplimiento normativo que aporta certeza y seguridad, evitando el conflicto.
El Protocolo refleja la sociedad de cada momento, por tanto evoluciona a su paso
El mundo evoluciona constantemente, y las últimas décadas han sido de una grandísima transformación. El Protocolo lo que ha hecho a lo largo de la Historia es reflejar esa evolución, adaptando sus normas a cada momento. No se trata de eliminar la rigidez del Protocolo, que es importante, pues da certidumbre, sino de permitir adaptarse a la evolución social de forma clara.
Algunas propuestas de actualización del RD2099/83
- Inclusión de nuevos cargos y figuras sociales. El real decreto actual no incluye a todos los cargos y figuras sociales que existen en la actualidad. Por ejemplo, no se menciona a los miembros de la Unión Europea, a representantes de las ONGs, a deportistas de élite o a artistas.
- Adaptación a la realidad social. El real decreto debe adaptarse a la realidad social actual. Por ejemplo, debe contemplar la igualdad de género y la diversidad.
- Especificación de las excepciones a la regla. El real decreto debe especificar las excepciones a la regla, es decir, los casos en los que no se va a seguir el real decreto.
- Clarificación de los criterios de interpretación. El real decreto debe clarificar los criterios de interpretación, para evitar confusiones y polémicas.
Conclusión
La actualización del RD2099/83 es un paso esencial para el correcto desarrollo de los eventos, garantizando que se cumplan los objetivos de respeto, orden y armonía que el Protocolo busca asegurar. El Protocolo refleja una realidad, a través de la que envía un mensaje sobre el estado de la cuestión.