Reflexiones sobre protocolo y ceremonial
Autora: Sonia Mira
Graduada en Protocolo y Organización de Eventos
Exresponsable de Protocolo del Ayuntamiento de Santiago de Compostela
Como es sobradamente conocido, cada 25 de julio se celebra la festividad del apóstol Santiago en la ciudad que lleva su nombre, Santiago de Compostela, capital de la C. A. de Galicia. Es este un día muy especial para la ciudad, que ve como cada año va incrementándose el número de visitantes y peregrinos. Pero lo es más si cabe cuando esta fecha coincide en año santo, es decir, cuando el 25 de julio es domingo.
Desde 1976, primer año del reinado de don Juan Carlos, los reyes de España han visitado Compostela para realizar la Ofrenda al Apóstol todos los años Santos. Concretamente en esa fecha, cuando el país dejaba de vivir en blanco y negro para empezar a vivir en color, miles de compostelanos abarrotaron expectantes la emblemática plaza del Obradoiro el 25 de julio para ver en directo a la flamante familia real formada por los reyes don Juan Carlos y doña Sofia, las infantas Elena y Cristina y por un jovencísimo príncipe Felipe.
Cuarenta y cinco años después hemos vuelto a ver a la familia real al completo en Santiago. Aquel joven príncipe es ahora el Jefe del Estado, quien, acompañado por la reina doña Letizia y sus hijas la princesa Leonor (heredera al trono) y la infanta Sofía, han querido con su presencia renovar el compromiso de la familia real con el patrón de España, en un momento político muy delicado tanto para el prestigio de la corona en sí como para la unidad nacional.
El desarrollo del acto de esta festividad, instaurada en 1643 por Felipe IV, mantiene una estructura prácticamente idéntica desde su origen en cuanto al protocolo y ceremonial, aunque con las evidentes variaciones y adaptaciones derivadas de los cambios sociales y la aplicación de nuevas normativas de precedencias y honores que, lógicamente, inciden directamente sobre algunos aspectos del evento. Tradicionalmente ha sido el alcalde de la ciudad quien organiza el protocolo y la comitiva oficial que acompaña al oferente hasta la catedral, al tiempo que convoca y sigue convocando a las autoridades civiles y militares a tan solemne acto, del mismo modo que el arzobispo lo hace con respecto al acto religioso.
Precisamente, su doble naturaleza —civil y religiosa— implica que el acto se desarrolle en dos espacios, uno interior, el templo, donde se celebra la solemne liturgia de la Ofrenda, y otro exterior, la plaza del Obradoiro, donde se forma la comitiva civil para recibir y acompañar al monarca a la Catedral.
En sentido estrictamente protocolario (no quiero pensar que pueda ser político), permítaseme hacer algunas reflexiones a la luz de estas imágenes sobre la colocación de autoridades, tanto en la plaza del Obradoiro como en la propia catedral, en el último acto de la Ofrenda celebrado hace tan solo unos días:

- ¿No sería más acertado colocar a las autoridades que acompañan a la familia real en alternancia a ambos lados del podio para así darles visibilidad a todas ellas, en lugar de una única fila en la que solo están a tiro de cámara la mitad? ¿No resultaría más oportuno al mismo tiempo intentar conseguir una imagen más limpia del fondo, solo con la familia real y las autoridades?
Véase como ejemplo la colocación en el año 2014, en el que SS.MM. acudieron al acto de la Ofrenda en su primer año como monarcas coincidiendo con el aniversario de la tragedia del Alvia.


- ¿Cuál es la razón por la que no se respeta el R.D. de precedencias en el primer banco y además el alcalde de la ciudad, organizador del acto, se vea relegado a la segunda fila en la catedral, de manera que prácticamente no está a tiro de cámara en ninguna imágen?

Si es decisión ofrecer el bastón de mando del alcalde al Rey (en mi opinión no es lo correcto) ¿No debería recogérsele una vez que ocupa el sitial para que no suponga un «estorbo» y se vea obligado a dejarlo en el suelo o apoyado en la butaca?
2022 será año santo extraordinario y muy probablemente los monarcas volverán a visitarnos…Nosotros seguiremos ahí para comentar un acto de tanta trascendencia desde el punto de vista del protocolo y ceremonial.