Relectura de los clásicos con Mary Poppins
Un análisis desde la perspectiva del relativismo cultural
En la película «Mary Poppins», encontramos una escena que ha generado controversia en los últimos días: la escena en la que el Almirante Boom utiliza la palabra «hotentote» ha sido criticada por su contenido racista.
Contexto
En la escena, el Almirante Boom califica a los deshollinadores como «hotentotes» y ordena que se les dispare, con cañones, fuegos artificiales. La palabra tiene connotaciones racistas, pues se ha utilizado históricamente en algunos países para referirse un pueblo indígena de África, el de los khoisan.
En este contexto hay que analizar a los personajes, en concreto me voy a detener en dos:
- Mary Poppins:
Es una figura mágica que a través de su papel de niñera realiza un trabajo que va más allá del cuidado básico de los niños que tiene que atender, enseñándoles modales, valores y disciplina. Se convierte así en un referente y ejemplo a seguir.
Por ejemplo, les enseña a comportarse en la mesa, a saludar, a vestirse para cada ocasión, la importancia de la discreción, pero también del orden y la limpieza. En conclusión, da claves para el éxito en diferentes contextos sociales. Pero, a pesar de ello, desde la perspectiva actual, incluso a algunas familias les puede parecer que es demasiado estricta en algunas ocasiones y que utiliza métodos inapropiados, como golpear a los niños con su bolso.
- Almirante Boom:
El Almirante Boom es un personaje excéntrico y con ideas descabelladas, vecino de la familia Banks, por lo que la polémica escena de los deshollinadores puede ser interpretada como una sátira del colonialismo británico y de las actitudes racistas de la época, al poner solo en boca de un personaje así una palabra racista y discriminatoria. Pues en la escena de la visita al zoo Mary Poppins utiliza la magia para convertir a los niños en animales, enseñándoles la importancia de respetar a los demás, incluidos los animales.
Más allá de una película
El lenguaje, la imagen y el comportamiento correcto suelen levantar polémicas sobre lo que es o no correcto en cada momento:
– Mary Poppins: tachada de racista por utilizar un insulto racial. En estos casos, es fundamental proporcionar contexto para comprender la intención y el significado original de la obra, así como su relevancia histórica. Esto nos permite apreciar la obra en su totalidad y reconocer su valor dentro del panorama cultural más amplio.
– Princesas Disney, suelen calificarse como machistas y roles femeninos distantes a los actuales, pero eso nos ayuda a conocer la sociedad, hombres y mujeres de la época.
– Las descripciones de las obras de Velázquez por un lenguaje respetuoso e inclusivo, modificando la palabra “enano” por «personas con acondroplasia». Aquí, por ejemplo sería necesario realizar esa modificación, porque una cosa es la obra pictórica y otra las palabras con las que se presenta al público al que se dirige en la actualidad.
– La canción que representará a España en Eurovisión.: lenguaje machista, vejatorio y violento hacia la mujer. La polémica tiene sentido porque es una letra actual que utiliza una palabra que sufren muchas mujeres en la actualidad vinculada a la violencia de género.
Conclusiones
- Las normas sociales y de imagen, así como los códigos morales, evolucionan con el tiempo. Lo que se consideraba correcto en una época puede verse como incorrecto en otra. Sin embargo, esta variabilidad no implica que se deba censurar todo lo que no se ajusta al modelo actual. La historia es cultura y nos ayuda a desarrollar perspectiva y espíritu crítico, a través de la contextualización, para comprender las diferentes perspectivas de las normas y lo códigos a lo largo del tiempo
- Desde el punto de vista del Protocolo, las obras clásicas, en su amplia variedad de formas y expresiones, son un fiel reflejo de la época en que fueron creadas. En ellas se encuentran plasmados los valores, las creencias, los prejuicios y las ideas dominantes de su contexto histórico.
- Censurar las obras clásicas por no ajustarse a los valores actuales significaría negar la historia y perder la oportunidad de aprender de ella, y así de paso, construir una sociedad más justa.
Por todo ello…
Es importante conservar las obras clásicas tal y como se crearon, sin censura ni modificaciones, aunque sí se les debe añadir contexto y no tener miedo al debate y la reflexión crítica.
Vivimos en el tiempo de la inclusión, diversidad e interculturalidad, tenemos que aceptarlo como algo que representa a nuestra época, por eso sí serían más justificadas las polémicas con creaciones artísticas y culturales de la actualidad. La reelaboración de los clásicos tiene sentido a nivel de llegar a la sociedad actual como en su momento les ocurrió a sus originales pero supone una pérdida de contexto y perspectiva. Cada obra es un producto de su tiempo y refleja las ideas, creencias y sensibilidades predominantes en ese momento. Por lo tanto, es fundamental evitar juzgar obras del pasado con los estándares morales y sociales actuales.