Los grupos de WhatsApp se han convertido en una herramienta indispensable para las relaciones, la colaboración y el intercambio de información de forma asincrónica, es decir, permitiendo responder a los mensajes cuando a las personas les sea más conveniente.
Tipos de Grupos
En la era digital, los grupos de WhatsApp se han convertido en una herramienta común para la comunicación a diferentes niveles, familiar, profesional, etc.
La pregunta que sigue es ¿qué significa formar parte de un grupo de WhatsApp?
Pues, depende de lo que la persona que administra el grupo haya indicado, así nos encontramos con:
- Grupos de difusión, en los que solo la persona administradora puede escribir y el resto de miembros del grupo solo pueden participar de forma pasiva, leyendo.
- Grupos (sin más), en los que todas las personas miembros tienen la posibilidad de participar.
- Sin ser un grupo, podemos meter en esta clasificación a los “canales”, que son un híbrido entre los anteriores grupos, pues lo que la persona administradora puede permitir reacciones y realizar encuestas.
Las normas
Una vez que nos han “metido” en un Grupo de WhatsApp, lo primero que tenemos que saber es qué se espera de nosotros en el mismo y cuáles son las normas, algo que debe estar por escrito en la descripción, sin presuponer que todo el mundo “ya sabe”. Cubrir este apartado es muy importante, porque es en donde se indican las “reglas del juego” y el propósito del grupo desde el inicio. Algunas de las cosas que deben quedar reflejadas son:
- Objetivo del grupo: compartir información, tomar decisiones, reflexionar, socializar, etc.
- Confidencialidad: indicar si la información, reflexiones y opiniones son confidenciales o no.
- Contenido de los temas.
- Si se permiten temas fuera del del tema principal.
- Si se felicitan cumpleaños, santos y todo lo que sea felicitable.
- Horario para el envío de mensajes.
- Llamada al respeto en los contenidos y lenguaje.
- Y la animación a la participación, pues se ha creado en formato Grupo, ni grupo de difusión ni canal.
* Es muy importante que cada vez que se realizan nuevas incorporaciones al grupo se pida a los nuevos miembros la lectura de la descripción, para que todas las personas integrantes jueguen en igualdad de condiciones.
Las dos grandes incomodidades comunes para los miembros de los grupos
- Exceso de comunicaciones
El bombardeo constante de mensajes puede ser abrumador y generar estrés. Para mitigar este problema, se pueden implementar las siguientes estrategias:
- Establecer horarios en la descripción del grupo. Como ya he comentado, algo que debe aparecer en la descripción del grupo y que todos los miembros deben leer.
- Crear subgrupos, es decir, dividir el grupo en subgrupos más pequeños con temáticas específicas puede ayudar a organizar las conversaciones y reducir la cantidad de mensajes que cada miembro recibe.
- Silenciar el grupo. El problema de esta opción es que lleva a la falta de implicación y progresiva desafección con el grupo. Silenciar un grupo supone el compromiso personal de establecer momentos específicos para revisar los contenidos para estar al tanto de lo compartido.
- Salir del grupo, es la mejor opción cuando la dinámica grupal resulta abrumadora o incómoda. Esta decisión, aunque a veces puede resultar difícil, puede traer consigo numerosos beneficios para nuestro bienestar digital y emocional. Sin embargo, antes de tomar la decisión de abandonar un grupo, se deben que evaluar los siguientes puntos:
- Si el grupo proporciona algún beneficio, como información relevante o la oportunidad de conectar con otras personas.
- Si el tono de las conversaciones es negativo, ofensivo o provoca incomodidad.
- Si el motivo que llevó a ser miembro del grupo ya se ha cumplido y ya no aporta nada.
- Tratar de expresarse, tomando la palabra, con la intención de reconducir el grupo, cuando se considera que no está funcionando.
- Falta de reacción a los contenidos. Más allá del silencio
La decisión de no participar en un grupo de WhatsApp trasciende la simple acción de no escribir mensajes, en ocasiones puede interpretarse de diversas maneras, cada una con implicaciones particulares:
- Rechazo implícito: La ausencia de participación puede ser percibida como un mensaje subliminal de rechazo hacia el grupo y sus miembros o la dinámica comunicativa. Esto puede generar sentimientos de exclusión y afectar el clima laboral.
- Ley del silencio: Un silencio prolongado puede crear una dinámica de «ley del silencio», una de las mayores sanciones sociales que existe, que consiste en apartar y no dirigir la palabra a las personas que se considera que están transgrediendo códigos sociales importantes o no se quieren aceptar en el grupo. Así es como quienes no participan se convierten en observadores pasivos, mientras que quienes asumen un rol más activo pueden llegar a cuestionarse su comportamiento y aceptación. La no participación puede interpretarse como una forma de castigo o protesta silenciosa, generando un clima de tensión y desconfianza.
- Prepotencia: La no participación también puede interpretarse como una forma de prepotencia, donde se asume que la información compartida no es relevante o que se está por encima de las demás, ocasionando sentimientos de soledad o de no estar haciendo lo correcto y estar molestando en quienes participan activamente.
- Excusa para no hacer: Aquellos que no participan pueden estar evitando asumir responsabilidades o tomar decisiones.
- Ignorancia: Al no participar, se corre el riesgo de no estar al tanto de las últimas novedades y decisiones del grupo.
En cualquier caso, la falta de respuesta puede generar, en quien participa, sentimientos de aislamiento, desvalorización, frustración, soledad y castigo.
Para abordar esta situación, se pueden considerar las siguientes acciones:
- Fomentar la participación: Implementar dinámicas o preguntas que incentiven al resto de miembros a compartir sus opiniones y experiencias.
- Reconocer las contribuciones: Agradecer públicamente las aportaciones de quienes mantienen activo el grupo.
- Establecer expectativas claras: Dejar en claro que se espera la participación de todos los miembros.
- Utilizar reacciones: Utilizar las reacciones de WhatsApp (me gusta, amor, etc.) para reconocer rápidamente los mensajes.
- Crear un ambiente de respeto: Promover un ambiente inclusivo y respetuoso donde todas las personas se sientan cómodas para expresar sus ideas.
- Evaluar la relevancia: Asegurarse de que los temas discutidos sean relevantes para todos los miembros del grupo.
En última instancia, la falta de participación de los miembros de un grupo lleva a su extinción. Por tanto la participación tiene consecuencias negativas para personas concretas, pero también par al conjunto del grupo.
*La “ley del silencio” siempre ha sido una forma de castigo social.
Más allá del silencio: excusas y desconocimiento
En el caso de los grupos de WhatsApp el silencio también lleva a la evasión de responsabilidades, pues la no participación puede ser una forma de evitar tomar decisiones o asumir tareas.
Conclusión: Si estás, estás. Cuestión de netiqueta
Lo que se espera de los miembros de un grupo es que participen activamente del mismo, en digital también. La participación es la que demuestra nuestro compromiso, enriquece al grupo y fomenta la colaboración.
La netiqueta en WhatsApp es el conjunto de normas de conducta y etiqueta que se deben seguir al comunicarse a través de las conversaciones de WhatsApp, que busca fomentar una comunicación respetuosa, clara y efectiva. La participación en los grupos favorece el conocimiento de las personas, lo que ayuda a construir relaciones sólidas y alcanzar objetivos comunes.