Las cenas de Navidad son una manifestación cultural que trasciende generaciones y contextos, hoy nos vamos a detener en la cena de Navidad de las empresas y de las familias.
Intervención en Radio Galega
La cena de empresa: escenario estratégico
Más que una cena
La cena navideña dentro de la empresa va más allá el simple acto de compartir una comida. Es una herramienta estratégica para reforzar la cultura corporativa, mejorar las relaciones interpersonales y fortalecer el compromiso de la plantilla.
Tiendo a encuadrar este evento entre los eventos de carácter semiformal, porque muchas veces se pretende presentar como un evento informal, pero nadie debe olvidar que se está en un ambiente de trabajo, aunque el escenario no sea el lugar de trabajo habitual. Es la cercanía y la falta de obligaciones laborales las que tienen a encuadrarlo como un evento informal, pero la realidad es que lo que está en juego es la imagen profesional de todas las personas que asisten.
El objetivo
Todo evento se hace con un objetivo, en el caso de la cena de Navidad de las empresas, donde las relaciones laborales se trasladan a un entorno social, suele pretenderse consolidar vínculos, reforzar la cohesión del equipo y reforzar el sentimiento de orgullo de pertenencia, a la vez que muchas empresas aprovechan para proyectar los valores de la organización.
Dirección implicada
La organización de la cena de empresa debe diseñarse con cuidado con implicación directa de la dirección y como un evento estratégico.
Lo ideal es que la pague la empresa (cuando puede).
Precedencias
Mi recomendación, al plantearlo como un evento semiformal, es muy importante que la presidencia esté ocupada por la dirección de la empresa, por la persona que ostenta el cargo más alto, pero el resto de mandos, deben ir distribuidos entre el resto de comensales o mesas, evitando que haya mesas de primera categoría y de segunda categoría. Por lo que conviene jugar con la distribución del salón (cuando haya varias mesas) y con las precedencias de los asientos.
Discursos
En un evento de estas características es importante que haya, al menos, un discurso, el de la persona anfitriona o el más alto cargo de la empresa. Eso sí, debe ser un discurso breve, cercano y motivador. Es la oportunidad que tiene la dirección de la empresa para agradecer el trabajo realizado durante el año y transmitir los objetivos para el futuro.
Gestión de la imagen personal
En un evento de estas características, aunque no se especifique una etiqueta de vestimenta formal en la invitación, hay unos básicos muy mínimos, para no perjudicar la imagen:
- Arreglarse un poquito más de lo habitual al ir al trabajo o andar por la calle.
- Comer con corrección. Lo más básico:
- Comer con la boca cerrada.
- Limpiarse la boca antes y después de beber.
- No llevarse cuchillos a la boca.
- No monopolizar las conversaciones, respetando los turnos de palabra y dando la oportunidad a todo el mundo de hablar.
- Dejar los temas de trabajo para el próximo día laboral, enfocarse en anécdotas.
Impacto en la Cultura Empresarial
Una cena bien organizada refuerza el sentido de pertenencia, proyecta una imagen sólida de la empresa y puede ser una importante
herramienta de networking interno. Por el contrario, una celebración mal gestionada puede dañar la reputación corporativa y generar tensiones internas.
La cena familiar: escenario de tradición
El peso de la tradición
La cena de Navidad familiar tiene un carácter profundamente emocional y está anclada en las tradiciones. Se convierte en un espacio para fortalecer lazos, compartir valores y celebrar la unión. A diferencia del ámbito empresarial, aquí prima la cercanía sobre la formalidad.
La casa anfitriona
La casa anfitriona tiene que poner corazón pero también trabajo. Hay que organizar el espacio de la comida y la sobremesa atendiendo a las diferentes edades y necesidades, lo que implica también pensar en el menú, decoración, gestionar tiempos, etc. Por todo ello la ayuda es fundamental.
La imagen personal
En la esfera familiar, la imagen personal se interpreta como un reflejo de respeto hacia los demás. La elección del vestuario y la actitud deben adaptarse al tono que cada familia imprime a la celebración.
Errores a evitar
- Llegar tarde, lo que puede interpretarse como falta de consideración.
- Piensa: la persona que está en la cocina quiere que todo se coma en el momento perfecto, por lo que los retrasos pueden hacer que la comida se seque, se enfríe, etc.
- Reavivar tensiones familiares o generar conflictos innecesarios.
- Ignorar las tradiciones familiares, ya que simbolizan la identidad y cohesión del grupo.
Impacto de la cena de Navidad en las relaciones familiares
Una cena navideña bien llevada puede sanar relaciones, reforzar lazos y transmitir valores a las nuevas generaciones. Por el contrario, un encuentro mal gestionado puede erosionar relaciones y perpetuar conflictos.
Conclusión: El Protocolo como Puente de Unión
Las cenas de Navidad, ya sean empresariales o familiares, son mucho más que eventos gastronómicos. Ambas son Eventos donde el Protocolo y la Imagen Personal se convierten en herramientas clave para proyectar valores, reforzar vínculos y gestionar impresiones. Mientras que en el ámbito empresarial el foco está en la profesionalidad y la cohesión organizacional, en el familiar prima la tradición y la conexión emocional.
Comprender estas diferencias y actuar en consecuencia permite no solo disfrutar del momento, sino también convertir estas cenas en oportunidades estratégicas para fortalecer relaciones y proyectar una imagen acorde con el entorno y sus expectativas. En última instancia, el éxito de cualquier cena navideña radica en un equilibrio entre planificación, respeto mutuo y autenticidad.