Las gafas de sol en eventos formales
Las gafas de sol son un complemento común en nuestro día a día. Sin embargo, su utilización en eventos formales son objeto de discusión.
Contexto
Para comprender la posición actual de las gafas de sol en el mundo del Protocolo, es crucial contextualizar su historia. Este accesorio, tan omnipresente en la cultura contemporánea, se popularizó en la segunda mitad del siglo XX para proteger los ojos de los dañinos rayos solares.
Por su parte, las normas de vestimenta en eventos formales tienen raíces mucho más antiguas y, precisamente, para protegerse del sol el ser humano ha buscado formas de ataviarse adecuadamente para ocasiones ceremoniales y sociales. Los sombreros y gorros, tanto masculinos como femeninos, han sido una solución tradicional para protegerse del sol durante eventos al aire libre. Estos accesorios, con viseras o alas, permiten abrir los ojos con comodidad bajo la luz solar matutina o de primeras horas de la tarde.
Por tanto, ¿son adecuadas para eventos formales o no?
Tradicionalmente, la respuesta ha sido no. La etiqueta clásica dicta que las gafas de sol no son apropiadas en este tipo de eventos, ya que:
- Los sombreros ya solucionan el problema del sol.
- Los bolsos de gala son pequeños, en los que caben pocos y pequeños elementos personales; un detalle que influye en las elecciones de accesorios que se acostumbra a llevar en eventos formales.
- El contacto visual es muy importante tanto en el saludo como en la conversación, algo que se dificulta con las gafas de sol puestas. Hay que tener en cuenta que mirar a los ojos a las personas con las que se hablar refleja respeto y atención, y las gafas de sol, al ocultar los ojos, pueden obstaculizar este aspecto fundamental de la interacción humana.
Sin embargo…
Sin embargo, en la época en la que vivimos:
- Las redes sociales han hecho que la imagen personal haya cobrado una importancia sin precedentes en la Era Digital. Cualquier persona, por anónima que sea, puede ser fotografiada o grabada en un evento formal, y las imágenes pueden viralizarse en cuestión de segundos, cuánto no más cuando las protagonistas son personas conocidas.
- El protagonismo de la imagen: La imagen se ha convertido en un elemento crucial para la comunicación y la construcción de la marca personal.
- En la cultura occidental cubrirse la cabeza ya no es un complemento inexcusable en el ámbito social.
- Las normas de etiqueta evolucionan y cambian con el paso del tiempo.
En este contexto, las gafas de sol pueden ser un aliado para proteger la imagen personal:
- Ocultan gestos y muecas involuntarias: El sol puede provocar entrecerrar los ojos, parpadear o fruncir el ceño, gestos que pueden ser poco favorecedores en fotos o vídeos.
- Aportan un toque de estilo: Las gafas de sol pueden ser un complemento elegante que complemente el atuendo formal.
Conclusión:
Como profesional del Protocolo, considero que el uso de gafas de sol en eventos formales puede ser aceptable, porque suponen un complemento que ayuda a proteger la imagen personal, siempre que se sigan algunas pautas:
- Elegir gafas de sol elegantes y discretas: Deben ser de un tamaño y forma adecuados para la ocasión, combinando con la indumentaria elegida.
- Evitar combinarlas con sombrero: El uso simultáneo de gafas de sol y sombrero puede resultar recargado y poco apropiado cuando ambos cumplen la misma función.
- Retirar las gafas de sol en interiores: Es importante quitarse las gafas de sol al entrar en un lugar cerrado, como un restaurante o una iglesia.
- Utilizarlas con moderación: Las gafas de sol no deben ser el elemento central del estilismo, sino un complemento discreto que aporte un toque de estilo.
En definitiva, la decisión de usar o no gafas de sol en un evento formal debe tomarse en función del contexto específico y teniendo en cuenta las normas básicas de la etiqueta, entendiendo que su uso es una «innovación» que requiere su tiempo de aceptación, por lo que se recomida un uso prudente, tratando de alcanzar el equilibrio entre tradición y modernidad.
Es importante recordar que la elegancia no solo reside en la vestimenta, sino también en la actitud y el comportamiento.
Y donde manda la Medicina, el Protocolo calla.